miércoles, 14 de octubre de 2009

Entrevista a Lorenzo S. Pincen Cejas


LORENZO S. PINCEN CEJAS – ARGENTINA
Lonco Lonco Presidente – Ulmen Descendiente de Tehuelches y Mapuches.


Esta ceremonia que se ha producido entre la cultura de México, Perú, la cultura Mapuche-Tehuelche de Argentina a la que representas, ¿Significa algo muy importante para desconolizar nuestras tierras?
Si, yo soy Ulmen que es como un presidente, es quien firma tratados con los estados –como fue con el caso del estado de Argentina que se firmó el 03 de Marzo de 1873- y el pueblo Tehuelche-Mapuche está trabajando para la unidad de los pueblos, tanto del polo Norte como del polo Sur. Sabemos que Naciones Unidas tiene la Resolución 1514 donde sostiene que el colonialismo bajo todas sus formas ha sido abolido. Por lo tanto los estados que administran estados que no le son propios están obligados a descolonizar y la descolonización debe hacerse incondicionalmente. Estamos convencidos que América tiene que descolonizarse, estamos trabajando para la unidad, queremos volver a conformar nuestros pueblos anteriores al 12 de Octubre de 1492. La unidad del Cóndor, del Águila y del Ñandú, es muy importante para las poblaciones que habitan en este territorio. Esta ceremonia es un gran inicio.

Esta unión de almas que se ha producido aquí en Ongamira, de sabios de diferentes pueblos que han venido, ¿Es un reencuentro del que ya hablaban nuestros originarios?
Es un paso importantísimo, porque nosotros dentro de nuestra cosmovisión no tenemos rivalidad en el campo de las creencias, porque cada pueblo tiene sus propias creencias, su propia lengua y su propia conformación social, entonces lo que nosotros estamos haciendo no es nada más ni nada menos que respetarnos los unos a los otros, ese es el acuerdo que hemos hecho hoy. Hemos creado los nudos donde estamos unidos, y que lo vamos a mantener a través del tiempo, nosotros no hacemos discriminación de raza, de credo, ni de ninguna clase. Tienen que tener en cuenta de que nosotros queremos volver a gobernar y administrar nuestros territorios. Esta unión de pueblos es la que estábamos esperando desde hace tiempo.

¿Llego el tiempo de volver a reunirnos espiritualmente?
Sí, ya estamos entrando en un nuevo Pachacuti. Eso es importante porque estamos viendo que todas las culturas nuestras que habían sido barridas durante el colonialismo se están conformando nuevamente. Lo que estamos haciendo es una unidad desde el punto de vista espiritual y también desde el punto de vista de las políticas de las comunidades indígenas, quienes van nuevamente a trabajar sus propias tierras.
Nosotros tenemos como propuesta un sistema comunitarista que nada tiene que ver con el comunismo ni con el capitalismo, es otra conformación económica, y eso nos va a dar la posibilidad de volver a ocupar nuestro territorio.
Pincen, Tehuelche y Mapuche, Los Pampas de la patagonia argentina, tan despoblada, tan abandonada, pero con tanta energía para poder seguir dando el legado que tus ancestros te han dejado…
Sí, nosotros trabajamos mucho en el campo espiritual, desgraciadamente nuestros abuelos jamás pensaron que íbamos a tener una guerra tan prolongada, como la que hemos tenido. A partir del 1536, que pisó nuestro suelo Mendoza, hemos tenido una larga lucha hasta 1876 donde el Ejército Argentino en la Campaña del Desierto invadió nuestro territorio, con el avance de Alsina primero y luego con la conquista del Desierto que lideró Roca. El gran poder espiritual que teníamos nosotros era nuestra fortaleza, nuestros originarios pusieron toda la ciencia en el campo espiritual y no en el campo de la modernización de la guerra.
Quizá ellos hayan ganado en el campo de la guerra, pero ustedes han ganado en el campo de la paz, porque en paz estamos volviendo a unirnos para poder trabajar.
Sí, para nosotros importa la paz, la armonía con todas las poblaciones, el deseo de progresar, de un progreso sostenido, un progreso bien entendido. Porque progreso no es una lucha cruel y despiadada entre empresas que luchan y hacen la guerra martirizando a la gente, explotándola y haciéndola trabajar para obtener réditos.
Nosotros estamos diciendo que esa no es la manera de tratar a las personas, que tenemos que tener un nuevo trato para las personas, un trato inteligenete. Nuestros padres siempre pensaron en la paz, porque la paz es el don más preciado de las personas, les permite trabajar, reproducirse y criar a sus hijos de la mejor manera.

(Extraído de la Revista "el tercer ojo")

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